miércoles, 5 de febrero de 2020

EVALUACIÓN Y RÚBRICAS

En esta entrada del blog trataré el uso de rúbricas y otros instrumentos de evaluación para los diferentes tipos - inicial, formativa y final – pero centrándome en la formativa. Considero que este tema fue el más importante porque no estamos acostumbrados a evaluar. Fue muy útil la realización de una rúbrica y el poder establecer diferentes tipos de evaluaciones dentro de una actividad. Con estos breves ejercicios, hemos sido más conscientes de la importancia de darle a nuestro alumnado desde el principio toda la información necesaria para evolucionar, mejorar su nivel y superar las actividades que les vamos realizando. 

Tras la presentación teórica sobre el uso de rúbricas de evaluación, utilizamos la actividad de mediación del documento Drive compartido para toda la clase y creamos una rúbrica para nuestra actividad. Como nuestro ejercicio contaba con dos partes - la creación de un CV y un role-play - evaluamos 3 criterios esenciales para la actividad y utilizamos una escala de calificación de 4 tramos que iba desde el insuficiente hasta el excelente. A continuación podéis echarle un vistazo:

Definimos una rúbrica como una serie de criterios coherente para el trabajo del alumnado; además, incluye descripciones de los niveles de calidad de actuación en esos criterios. Las rúbricas se utilizan para evaluar procesos y productos, pero son descriptivas: dentro de una rúbrica se empareja la actuación o producto con la descripción, no se emite un “juicio”. Las descripciones no deben ser cerradas o encorsetar las posibles respuestas. Si están bien diseñadas, las diferentes herramientas de evaluación que se pueden utilizar pasan de ser juicios sobre el aprendizaje a ser pruebas de un aprendizaje y deben mostrar los objetivos de aprendizaje. Las rúbricas pueden ser holísticas o analíticas y específicas o generales. Algunos de los errores en la construcción de rúbricas son el confundir la tarea con el objetivo del aprendizaje, mezclar destrezas distintas, integrar características externas, evaluar cosas que el alumnado no espera. Finalmente, no debemos confundir una rúbrica con un baremo de cantidad. 

En nuestro caso, no nos resultó complicado crear la rúbrica puesto que es un instrumento bastante frecuente para la evaluación de actividades de producción oral. Una vez establecidos los criterios, fuimos escribiendo las descripciones; sin embargo, fue más cómodo empezar por las descripciones de “excelente” e “insuficiente” y luego modular esas descripciones según si debían ser calificadas como “suficiente” o como “bien”. Habíamos trabajado antes con rúbricas e, incluso, habíamos creado alguna para otras materias del máster, pero no nos habían dado unas directrices claras y correctas de cómo deberíamos haber definido los criterios o qué escala de calificación sería la más adecuada según esos criterios a evaluar. La creación de una rúbrica correcta no es un trabajo sencillo o que se realice en poco tiempo, pero con algo de práctica se puede lograr. 

Durante la última sesión de este tema, abarcamos los diferentes tipos de evaluación y lo llevamos a la práctica utilizando nuevamente la actividad de mediación mencionada anteriormente. En nuestro ejercicio, consideramos que la evaluación formativa era la más adecuada, ya que monitoriza el aprendizaje del alumnado para proporcionar un feedback continuo que puede ser utilizado tanto por el profesorado - para mejorar la enseñanza - como por el alumnado - para mejorar su aprendizaje. 



La evaluación formativa ayuda al alumnado a identificar sus puntos fuertes y débiles e a focalizarse en las áreas que necesitan más trabajo; además, ayudan al profesorado a reconocer las áreas donde los/as alumnos/as tienen más dificultades y poder abordarlas o tomar decisiones que favorezcan su progreso de aprendizaje. De esta manera, mediante la evaluación formativa, el alumnado sabe de dónde parte, cuál es su meta y qué debe hacer para llegar a ella. En nuestra actividad, el alumnado debe entregar su CV al profesor/a al final de la sesión para su corrección, que se hará mediante el uso de una checklist. Además, quedará constancia de los role-plays gracias a grabaciones de audio, que servirán de herramienta para la co-evaluación del alumnado. Tras la realización de la actividad, en la siguiente sesión se les entregarán nuevamente los CVs con comentarios del/la docente y las grabaciones de audio ayudarán a comprender cuáles han sido las destrezas y carencias de cada alumno/a y, así, mejorar para futuras actividades similares. A través de la co-evaluación, el alumnado no solo será evaluado sino también proporcionará una evaluación a los/as compañeros/as, implicándose de esta manera en la activida y haciendose responsable de su aprendizaje 

En definitiva, la práctica de estas breves actividades en grupo me han servido de gran ayuda para comprender la importancia de hacer partícipe al alumnado en el proceso de enseñanza-aprendizaje y también de la importancia de proporcionarle todas las herramientas necesarias para progresar. Puede parecer complicado en un primer momento la creación de rúbricas claras y apropiadas para la evaluación que queremos hacer, pero finalmente se consigue.